PRESENTADO POR: JOSÉ AGUSTÍN HERNÁNDEZ
LA ARQUITECTURA INSTITUCIONAL PARA LOS ODS, SU FUNCIONAMIENTO Y EFECTIVIDAD.
Expongo este análisis en base a las diferentes fuentes de información proporcionada por el Dr. Vladimir Deléyade Estrada Portales. Para empezar, debo decir que la arquitectura institucional para los ODS facilita su gobernanza y posibilita a los países iberoamericanos fortalecer las capacidades necesarias para cumplir efectivamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Asimismo, un buen diseño institucional es un requisito para el logro de la confianza política y social, de la certidumbre y de la estabilidad democrática.
Así pues, la agenda 2030 y sus ODS completa como base la fortaleza institucional, la combinación entre factores o medios y las funciones administrativas.
Es muy importante que nuestro país asuma la responsabilidad y el compromiso acordado, que le dé seguimiento y vigile el avance hacia su cumplimiento, y que también, se comprometa a lograr los indicadores mundiales establecidos, para el alcance de los 17 objetivos y las 169 metas que componen los ODS. Hay que decir que el estado dominicano asumió la propuesta estratégica como parte de la agenda global de la ONU, las cuales favorecen el crecimiento económico y abordan una serie de necesidades sociales, entre las que cabe señalar la educación etc.
Cabe destacar que, la arquitectura institucional para los ODS es el significado y la potencialidad integradora y de rendimiento del concepto de alianza.
· Es el de coherencia, que proviene del enfoque holístico de gobierno.
· mueve a la revisión de las prioridades sociales y de las políticas
públicas, también de los fines que se pretenden alcanzar, así como llama a la acción de quienes tienen que intervenir en su consecución al concepto de coherencia está el de integración.
La arquitectura institucional para los ODS refleja la estructura organizativa y de funcionamiento del gobierno y cómo sus integrantes se relacionan y transmiten información y conocimiento entre sí y con otros agentes, estableciendo vínculos de responsabilidad o de otro tipo para alcanzar las metas establecidas. En el caso de las organizaciones públicas condiciona el cumplimiento de los objetivos y el pensamiento y las actuaciones de quienes toman las decisiones políticas, a la vez que influye en la confianza política.
La arquitectura institucional para los ODS comprende los elementos de la gobernanza e integra la capacidad institucional, actuando en diversos niveles: en el de la relación estratégica entre la gobernanza, la financiación y la rendición de cuentas; en la estructura organizativa y su formalización; en la articulación entre los órganos de carácter ejecutivo y deliberante; y en las interacciones institucionales y entre agentes públicos, sociales y privados.
La necesidad de un marco institucional fuerte y seguro se considera una condición necesaria, por la ONU y la OCDE, para generar confianza y legitimidad en las organizaciones públicas, así como confianza política. Unas instituciones estables generan certidumbre y estabilidad política, social y económica entre los actores para que inviertan en las habilidades, tecnologías y organizaciones que son adecuadas para esas instituciones.
La expresión arquitectura institucional para los ODS es de reciente uso en la literatura especializada, y resulta muy útil para este tipo de análisis porque nos permite hacer referencia a cómo son las relaciones entre las escuelas de un sistema y las unidades de gestión que las gobiernan, especialmente en lo que concierne al apoyo técnico, así como a su control y evaluación.
La arquitectura institucional para los ODS refleja la estructura organizativa y de funcionamiento del gobierno y cómo sus integrantes se relacionan y transmiten información y conocimiento entre sí y con otros agentes, estableciendo vínculos de responsabilidad o de otro tipo para alcanzar las metas establecidas. En el caso de las organizaciones públicas condiciona el cumplimiento de los objetivos y el pensamiento y las actuaciones de quienes toman las decisiones políticas, a la vez que influye en la confianza política. El grado de desarrollo de la capacidad institucional condiciona o determina el rendimiento de las instituciones y sus posibilidades de innovar. En la actualidad, hay que tomar una clara conciencia de que son necesarias nuevas capacidades institucionales y personales para afrontar las demandas y necesidades, empezando por una revisión de los valores en las organizaciones y por una adaptación acelerada a la revolución digital.
La actuación pública debe orientarse a los valores de inclusión, diversidad, representatividad y al trabajo en equipo y en coalición con actores de todo tipo. Por su parte, la asimilación digital implica la utilización de herramientas y tendencias digitales como acelerantes de las soluciones y perspectivas más habitualmente usadas en las políticas públicas.
Hay que advertir que la eficacia en la Administración es una condición necesaria para obtener la adhesión ciudadana pero no suficiente, ya que se precisa actuar en el ámbito político, en el de la democracia operativa en la que obran los valores, creencias y comportamientos de los políticos y los anhelos y esperanzas de los ciudadanos en una sociedad mejor y en su futuro. Sin embargo, los principales atributos relacionados con la confianza gubernamental que están vinculados con la arquitectura institucional son: la existencia de reglas estables efectivas, la resiliencia, la competencia, la imparcialidad, la transparencia, la calidad de los servicios, el desempeño del gobierno, la confianza en los funcionarios, la justicia y la apertura ante puntos de vista distintos. En el caso de la confianza en la Administración pública, además de afectarle directamente los atributos anteriores como parte del sistema político-administrativo, requiere que sea percibida también como eficaz y representativa.
Desde la perspectiva que se está manejando, la acción del Estado, su imparcialidad, su desempeño, la calidad de las normas legales y las variables que determinan la efectividad y la fortaleza institucional, juegan un papel relevante en la confianza social. En definitiva, la implantación efectiva de la Agenda 2030 se ve favorecida por un enfoque de coherencia que contemple la universalidad, la integración y los aspectos éticos de los ODS.
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